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Un ángel en la invasión El páramo

Floridablanca Santander, reconocida por ser la capital mundial del dulce, tener al Cristo más grande de la Latinoamérica, centros comerciales, prestigiosas clínicas y universidades, y su turismo sin igual, parece ser el lugar perfecto para vivir en las mejores condiciones, pero tras ella existen historias, de esas reales, de la vida cotidiana  aquellas que se ocultan o tratan de perderse entre el bullicio urbano,  las que vemos pero ignoramos a diario. Como la que le sucedió aquel Jueves 9 de noviembre del 2003 a Nubia Galeno.


8:00 AM: Esta mujer madre de 4 hijos llega a la clínica Bucaramanga  con fuertes contracciones y 39 semanas de embarazo, esperando ser atendida para dar a luz a su quinto hijo Sneyder Guerrero, “cuando llegué a la clínica me dijeron que no que todavía no era hora que volviera en la noche, llegué a las diez de la noche nuevamente dilatando y me ingresaron porque ya iba en trabajo de parto, a mí no me da dolores,  por lo que les pedí me aplicaran pitocín y el médico me dijo que si quería matar a mi hijo, pero yo ya había tenido otros cuatro hijos así y no los maté”,  dice  Nubia.


Después de pedir que le aplicaran el medicamento o hicieran cesárea para sacar al menor y al ver que los médicos no accedían a sus peticiones, Galeno rompe fuente pero decide pasar por alto este hecho, “ dejé de sentir contracciones y cuando se dieron cuenta el niño se estaba ahogando, por lo que le metieron  como unas cucharas  que le lastimaron acá la cabeza y el niño nació morado, como negro, hasta el papá me preguntaba por qué el niño había nacido así porque desconfiaba que fuera hijo de él por el color de piel que le duró como hasta los 3 meses, por lo que se estaba pasando de la hora de nacer, yo considero que fue negligencia médica y el médico que me atendió era uno de medicina general, ningún especialista”, recuerda. 


El menor fue diagnosticado con  hipoxia neonatal (asfixia del recién nacido) pero Nubia creía que Sneyder sería un niño como cualquier otro, a los 7 meses al  notar que su hijo no  tenía comportamientos normales lo lleva al médico  quien le dice que el nervio del ojo izquierdo tenía una excavación muy profunda, lo que no le permitía tener visión por un ojo, y su cabeza no se mantenía estática por si sola. En ese momento esta mujer veía caer el mundo sobre ella, pues el padre del menor al enterarse la condición de su hijo decide que quiere abandonar su hogar, pero es en ese instante donde Nubia se entera de otra noticia que transforma aun más su vida. Estaba embarazada de un  sexto hijo, lo cual complicaba más la situación en ese momento pues no tenía como mantenerlos.


“El papá de ellos esperó a que naciera el sexto niño y se largó, me dejó sola sin saber que hacer” expresa. Esta mujer queda como madre cabeza de hogar pagando arriendo en el barrio Toledo Plata de Bucaramanga, pero días antes de la partida de su esposo lo veía que él se quedaba en las noches en otro sitio, por lo que decide seguirlo y se da cuenta que este hombre se apropió de un terreno en el barrio “El Páramo” de Floridablanca Santander. “yo al ver como estaba mi situación y llego acá y veo que hay más gente, que no se paga arriendo, pues cogí los chinitos y me vine, aunque él se dio cuenta y se desapareció de por acá, no le importó dejar a sus hijos”, cuenta Galeno.

 

 

 

“Los políticos solo vienen en época electoral, y vienen luego a censar diciendo que para aquí viene proyecto de vivienda, pero hasta ahora nada y luego nos dicen que nos van a sacar, porque esto es una invasión,  pues esperar a ver cuánto nos dura y podemos estar aquí porque para mí ésta ya es mi casita y no ha sido fácil, al principio no había nada todo esto era con trapos y sábanas que yo armé y mire ahora”, comenta.
Hace un año Nubia tuvo que renunciar a su trabajo por problemas de salud, su nueva pareja sentimental es quien le ayuda con los gastos del hogar, por lo que está dedicada a su hijo. “Para mí Nubia es una brava, ella se carga al niño, lo mueve, lo alza, lo lleva al médico, es una excelente madre, no es fácil tener un hijo en situación de discapacidad viviendo en estas condiciones, acá todos lo queremos, él es como el ángel de la invasión”, dice María Suarez, vecina del sector.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El joven no recibe ningún tipo de medicamento, desde los 7 meses recibía terapias hasta hace algunos meses que el médico lo examinó y se dio cuenta que estas lo lastimaban y lo ponían nervioso, por lo que recomendó no llevarlo más  y hacerse la idea de que él nunca iba a caminar ni a hablar.
Historias como estas son comunes en el barrio el páramo, el cual se creó hace 12 años, cuando 4 familias  llegan al sector de Suratoque en Floridablanca, víctimas del conflicto armado a apropiarse de unas tierras que estaban en abandono, pero con la esperanza de ser ayudadas por el gobierno municipal.
Con el pasar de los años el incremento de personas que llegan a vivir en este sector es más evidente, Suratoque está conformado por 5 asentamientos  entre ellos se encuentra “el páramo”,  que hoy en día  tiene alrededor de 2700 personas, con tan solo 359 hogares en los cuales viven 380 familias. La inseguridad y venta de estupefacientes son otras de las cosas que más los aquejan en el momento, pues no se les presta la atención necesaria.
Según Misael Rincón Martínez, presidente de la Junta de acción comunal del sector, la mayoría de estas familias en un 60% han llegado desplazadas al lugar y en “el páramo” hay 18 personas en condición de discapacidad, entre niños, jóvenes y adultos. 
Este asentamiento tiene una extensión de 6.5 hectáreas, avaluadas en 1400 millones de pesos. No hay un solo joven que esté en la universidad, pero por el contrario la gran mayoría no están estudiando, muchos de ellos viven el día a día y ven como pasa su vida y su juventud sin lograr hacer nada por sí mismos, ni por sus progenitores quienes tienen la ilusión de ver sus hijos salir adelante, y que no se refugien  en las drogas puesto que los muchachos creen que estas son un laberinto sin salida, y su destino ya está escrito.

 


Por: Angélica María Triana

(FOTO: Angélica Triana/Nubia Galeno y su pequeño ángel)

(Foto: Angélica Triana/Asentamiento El páramo )

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Asentamientos ilegales en Floridablanca - UPB
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